¿Qué se esconde detrás de las palabras?... Todos tenemos esa
experiencia de palabras redentoras, entrañables, pronunciadas con cariño en los
labios de seres queridos. ¿Quién no recuerda una confidencia? ¿Quién se ha
olvidado de esas primeras palabras de amor? ¿Quién no se ha arrepentido de
enunciar algunas frases? ¿Quién no ha pronunciado palabras hirientes,
desgarradoras? ¿Quién no se ha tragado algunas palabras?
La situación se complica aún más con las palabras escritas. Ésas
no se desvanecen después del encuentro, sino que tozudamente persisten a la
situación que las engendró. De forma que uno tiene plena conciencia de su
contenido. Luego ruedan, se transmiten a través de los libros y ahí los
lectores enriquecen el texto a través de sus interpretaciones, a través de ese
misterioso juego en el que la búsqueda de lo que se esconde “detrás de las
palabras” es lo esencial.
Esta
recopilación de relatos se entreteje con todo este tipo de palabras que se
empeñan en regresar a los manantiales primarios que las generaron. Estos
personajes narran lo que podría suceder en este trepidante siglo XXI de forma
más fidedigna que los historiadores narrarán lo que ha sucedido.
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El
silencio no es la simple ausencia de ruido. Hace posible la fortaleza interior
donde los grandes escritores, pensadores, eruditos y creyentes se han recogido
durante siglos. Requisito indispensable para la contemplación, la fantasía, la
plegaria y la creación, el silencio es la íntima fuente de la que mana el
lenguaje, e impregna nuestros espacios más privados y sagrados, del dormitorio
a la catedral. Pero pese al papel fundamental que desempeña en algunas de las
experiencias más profundamente humanas, el silencio ha sido desterrado de
nuestras existencias por el bullicio incesante de los espacios urbanos y los
aparatos tecnológicos. En nuestro ensordecedor presente, Alain Corbin recupera,
a través de la obra de escritores, artistas y filósofos que atesoraron el
recogimiento y la calma, la historia de un tiempo en el que la palabra era inusual
y preciada, y nos invita así a redescubrir el silencio o, dicho de otro modo,
la vida interior.
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Ha sido costumbre de esta colección
conmemorar los números que hacen centurias, con títulos de alguna manera más
significativos; varios de ellos han sido antologías de poesía como el 100, 200,
400 y 500, desde distintas perspectivas y temáticas. El 300 lo dedicamos al
maestro Ángel González con una antología de su poesía de amor; con el 600
quisimos recordar a los poetas que con su pluma y su valentía defendieron la
ciudad de Madrid de la barbarie que se avecinaba convirtiéndola en la
indiscutida Capital de la Gloria. Para el número 700 preparamos una antología
de poemas escritos en español sobre el amor al libro, y la bibliofilia, tomando
como título el escrito por Ricardo de Bury: Filobiblón (1345). Para el número
1000, cifra emblemática por lo que significa para nosotros, y simbólica por
diversos motivos, no encontramos mejor protagonista para brindarle nuestro
humilde homenaje desde Visor, por ejemplar ciudadano y singular poeta, que
Antonio Machado, paradigma y referencia irreprochable como muy pocos personajes
de la historia de la poesía y de la ciudadanía española. Este número 1100 que
ahora cumplimos lo hemos relacionado más con el ocio, con la vida misma; si
para el número 800 preparamos un homenaje al fútbol, indicando su importancia
en la vida poética y cultural, ahora hacemos lo mismo con la cerveza, los
bares, cafés y similares, que también han tenido y tienen su importancia
indiscutible en el desarrollo de la cultura en todas sus épocas.
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