I
La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
Agamenón.-Conforme.
El porquero.-No me convence.
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(Mairena[1],
en su clase de Retórica y Poética.)
—Señor Pérez, salga usted a la pizarra y escriba: «Los eventos consuetudinarios
que acontecen en la rúa.»
El alumno escribe lo que se le dicta.
—Vaya usted poniendo eso en lenguaje poético.
El alumno, después de meditar, escribe: «Lo que pasa en la calle.»
Mairena.-No está mal.
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—Cada día, señores, la literatura es más escrita y menos hablada.
La consecuencia es que cada día se escriba peor, en una prosa fría, sin gracia,
aunque no exenta de corrección, y que la oratoria sea un refrito de la palabra escrita,
donde antes se había enterrado la palabra hablada. En todo orador de nuestros
días hay siempre un periodista chapucero. Lo importante es hablar bien: con
viveza, lógica y gracia. Lo demás se os dará por añadidura.
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[1]
Juan de Mairena es poeta, filósofo, retórico e inventor de una Máquina de Cantar.
Nació en Sevilla (1865). Murió en Casariego de Tapia (1909). Es autor de una Vida de Abel Martín, de un Arte poética, de una colección de
poesías, Coplas mecánicas, y de un
tratado de metafísica: Los siente
reversos.
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