Hace
muchos años vivía en Grecia un hombre llamado Ulises (quien a pesar de ser bastante
sabio era muy astuto), casado con Penélope, mujer bella y singularmente dotada
cuyo único defecto era su desmedida afición a tejer, costumbre gracias a la
cual pudo pasar sola largas temporadas.
Dice
la leyenda que en cada ocasión en que Ulises con su astucia observaba que a
pesar de sus prohibiciones ella se disponía una vez más a iniciar uno de sus
interminables tejidos, se le podía ver por las noches preparando a hurtadillas
sus botas y una buena barca, hasta que sin decirle nada se iba a recorrer el mundo
y a buscarse a sí mismo.
De
esta manera ella conseguía mantenerlo alejado mientras coqueteaba con sus
pretendientes, haciéndoles creer que tejía mientras Ulises viajaba y no que Ulises viajaba
mientras ella tejía, como pudo haber imaginado Homero, que, como se sabe, a
veces dormía y no se daba cuenta de nada.
Augusto
Monterroso, Cuentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario